Si defendiéramos esta idea determinista, los programas para agresores (que ayudas a miles de hombres) no serían una realidad y cualquier hombre que quisiera pedir ayuda por su propio comportamiento violento no encontraría dónde dirigirse.
De esta manera, frenaríamos una importante línea de trabajo que tiene como objectivo final también mantener seguras a las víctimas de violencia de género (mujeres, hijas e hijos).
Si ayudamos a las personas a entender la realidad de las causas de la violencia de género, eso también contribuirá a reducirla.