Eso es solamente una idea, es una línea de meta a la que es imposible llegar.
Kaufman dice que “las inseguridades personales conferidas por la incapacidad de alcanzar este grado de masculinidad, o simplemente, la amenaza de fracaso, son suficientes para llevar a muchos hombres, particularmente cuando son jóvenes, hacia el miedo, el aislamiento, la rabia, la cuplabilidad, el odio hacia ellos mismos y hacia la agresión“.
Por lo tanto, “en este estado emocional, la violencia se convierte en un mecanismo compensatorio“, una manera de combatir su “miedo (o realidad) de no tener poder“
3.5. La quinta “P”: La armadura psíquica de la virilidad