La violación es el único delito en que el autor se siente inocente y la víctima se siente avergonzada (Chesnais, 1981)
Además, hay una idea de la imposición de resistencia a la violación en que la víctima tiene que demostrar que ha resistido físicamente la agresión desde el principio hasta el final, y la ausencia de “no” se traduce inmediatamente por “sí”.
Todos estos estereotipos culpan las mujeres y vuelven a victimizar incluso a través de la violencia institucional.
Esto nos hace retroceder el concepto de “consentimiento” (que habéis visto al módulo 2).
Dejadnos mostraros un video más al respeto: