Cómo hemos visto antes, la violencia sexual no es inherente al ser humano, sino que es una construcción social.
Por lo tanto, para erradicarla, hay que tener en cuenta los mecanismos sociales que la promueven.
Estos son:
Ya hemos visto anteriormente, que las construcciones patriarcales de género pueden conducir a la violencia de género y, por tanto, a la violencia sexual.
La objetivación (o cosificación) es el proceso mediante el cual una persona o la misma sociedad reducen una persona (alguien) en una cosa (algo), quitándole aquello que la convierte en una persona.
Va estrechamente relacionado con la sexualización, que es la atribución de una connotación erótica / sexual a algo que no tendría que tenerla.
En nuestra sociedad, estos dos conceptos se unen convirtiendo a las mujeres en objetos sexuales y, por lo tanto, en cuerpos que los hombres pueden “utilizar”.